JESÚS el CRISTO:
Benditos seáis los pobres -- porque vuestro es el Reino de Dios.
Benditos los que tenéis hambre -- porque seréis saciados.
Benditos los que lloráis -- porque reiréis.
Benditos seías aquellos a los que los hombres odien y rechacen e insulten y digan que sois malignos, por culpa del Hijo de Dios. Alegráos cuando suceda y bailad de júbilo, porque vuestra recompensa está guardada en el cielo -- desde los antepasados que hicieron lo mismo a los Profetas.
Cuán terrible es para los que sois ricos -- que habéis tenido una vida fácil.
Cuán terrible es para los que os reís -- porque lloraréis y gemiréis.
Cuán terrible cuando todos hablen bien de vosotros -- porque vuestros antepasados dijeron lo mismo de los falsos profetas.
Pero yo os digo que me escuchéis:
Amad a vuestros enemigos.
Haced el bien a los que os odian.
Bendecid a los que os insulten.
Rogad por aquellos que os malinterpreten.
Si alguien os golpea en una mejilla, déjadle que os golpee también en la otra.
Y si alguien os quita el abrigo, déjadle también la camisa.
Dad al que sea lo que os pida.
Y si alguien coge lo que es vuestro, no le pidáis que os lo devuelva.
Haced a los demás, lo que quisierais que os hicieran a vosotros.
Si amáis a las personas que os aman, porqué váis a recibir bendiciones -- si hasta los pecadores aman a los que les aman. Y si hacéis el bien a aquellos que os hacen el bien, porqué váis a recibir bendiciones -- los pecadores también lo hacen.
No, amad a vuestros enemigos y hacedles el bien. Sin esperar nada a cambio. Y recibiréis un magnífico regalo -- porque sois hijos del Dios de Las Alturas. Porque Él es bueno para el desagradecido y para el cruel.
Sed misericordiosos como vuestro Padre lo es.
No judguéis y no seréis judgados.
No condenéis y no seréis condenados.
Perdonad y seréis perdonados.
Dad y se os dará -- porque la medida con la que midáis, seréis medidos.
Un hombre ciego no puede guiar a otro. Y si lo hace, ambos caerán en la zanja.
Porqué véis la mancha en el ojo de vuestros hermanos, y no ponéis atención en la biga de vuestro propio ojo.
Una mujer: Qué feliz tiene que ser la madre que te parió y te cuidó.
Jesús: Más que eso, felices son aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la obedecen.
Texto traducido por mí de la película "JESÚS".
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